Un billón de dólares. Esto son mil millones para nosotros. Todo esto es lo que pierde la economía mundial según la OMS debido a las enfermedades mentales. ¡Cada año! Una cifra increíble, ¿verdad? Las enfermedades mentales van en aumento y, en comparación con las enfermedades físicas, provocan un mayor absentismo laboral y jubilaciones anticipadas. Las enormes pérdidas económicas causadas por las enfermedades mentales, además del enorme sufrimiento que acarrean a la humanidad, son razón suficiente para querer cuidar la salud mental de los empleados. Pero, ¿cómo se consigue?
¿Qué es la salud mental?
La OMS define la salud mental como un estado de bienestar en el cual cada individuo, desarrolla su potencial, puede afrontar las tensiones de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y puede aportar algo a su comunidad.
Y si la salud mental deja de estar presente, estas aportaciones se perderían y la comunidad en su conjunto perdería mucho. Pero, ¿cómo conseguimos que las personas desarrollen su potencial, aprendan y trabajen bien, como dice la OMS? Por supuesto, los individuos en cuestión pueden y deben hacer mucho por ello . Sin embargo, la forma de gestión sigue desempeñando un papel importante.
Estilo de liderazgo y salud mental
¿Cómo te llevas con tus empleados? ¿Crees que les haces la vida fácil o difícil? ¿Hasta qué punto es estresante el trabajo diario de tus empleados? Algunos podrían pensar ahora cosas como: «Al fin y al cabo, no puedo tener a mis empleados entre algodones» «¿Qué es eso de "carga"? Por supuesto que el trabajo es una carga, aquí no estamos para divertirnos.» Pero esa no es la cuestión. La forma en que te diriges a tus empleados tiene un gran impacto en el estrés que perciben, y si tu forma de liderar no es la indicada, incluso las instrucciones y los comentarios justificados se pueden percibir como una imposición.
Deberíamos partir de la base de que todas las personas quieren hacer bien su trabajo. Bajo este supuesto, la pregunta básica también cambia de «¿Cómo puedo conseguir que mis empleados hagan un buen trabajo?» a: «¿Cómo puedo permitir que mis empleados hagan el buen trabajo que quieren hacer?». Y esto se traduce inmediatamente en una forma diferente de tratar con los empleados, lejos del liderazgo transaccional. Ya no se trata del rendimiento y la remuneración, sino del desarrollo, el entusiasmo, el aprendizaje y la inspiración, lo que comúnmente se conoce como liderazgo transformacional. El liderazgo transformacional pretende dirigir a los empleados a través de la inspiración, la motivación y una visión clara. Estos directivos promueven la innovación y el cambio,fomentando la confianza, el respeto y el entusiasmo en su equipo, así como desarrollando las necesidades y el potencial de forma individual. De hecho, existen pruebas de que el liderazgo transformacional tiene realmente un impacto positivoen los empleados.
Apoyo mutuo para una buena salud
Sin embargo, no sólo los propios directivos pueden influir de forma positiva en la salud mental de sus empleados a través de sus acciones directas. Si no que también se puede hacer mucho a nivel de empresa para crear un ambiente sano. Establecer una cultura de apoyo mutuo, por ejemplo, resulta bastante útil. Por supuesto, esto no debe ser solo de boquilla. Por ejemplo, para dejar claro hasta qué punto su empresa se toma en serio esta mentalidad, también merece la pena incluir un compromiso al respecto en la declaración de principios de toda la empresa. ¿Cómo se podría difundir esa cultura de apoyo en toda la empresa?
Transparencia en la comunicación: Es importante que la comunicación sea abierta ytransparente, especialmente en lo que se refiere a errores y puntos débiles de la empresa. Esta apertura anima a los empleados a la autorreflexión y les hace conscientes deposibles señales de alarma en ellos mismos y en sus compañeros.
Talleres de equipo periódicos: Estos talleres deben tratar temas relacionados con elapoyo y dar a los empleados la oportunidad de mejorar sus competencias en este ámbito.
Principio de apoyo mutuo: Es muy positivo incluir la ayuda y el apoyo mutuo en la declaración de principios de la empresa para subrayar la importancia de estos valores para toda la organización.
Fomento de las competencias adecuadas: Hay que animary apoyar a los empleados para que desarrollen las competencias necesarias para una cultura solidaria. Esto incluye habilidades de comunicación, gestión de conflictos y entrenamiento de la resiliencia,técnicas de consciencia plena (mindfulness) y relajación.
Con aprecio ante una posible crisis de salud mental: Otro aspecto importante es que se atienda con aprecio a los empleados si existe la sospecha de que puedan estar atravesando una crisis de salud mental. Esto contribuye a crear un entorno de trabajo solidario y seguro.
En general, una cultura de apoyo en toda la empresa pretende crear un entorno en el que los empleados se puedan ayudar mutuamente, hablar abiertamente de los problemas y trabajar juntos para encontrar soluciones. Esto aumenta el bienestar y la productividad en la empresa.
¿Y qué hay de ti?
Más allá de toda la preocupación por tus empleados, no debes olvidarte de tu propia salud mental.
Y es que los directivos están especialmente expuestos al estrés mental. Suelen trabajar más tiempo que los empleados de rangos inferiores o con puestos no directivos.
También están expuestos a presiones por parte de ambos lados, especialmente en el caso de los directivos que tienen en puestos intermedios, es decir, presión por parte de la dirección, pero también de su propio equipo. Y para colmo, hoy en día siguen circulando todavía conceptos de gestión anticuados, en el sentido de:
Los directivos no deben mostrar ninguna debilidad, deben saberlo todo, estar siempre ahí y gestionarlo todo. Todos estos factores se combinan para crear una mezcla tóxica que puede someter a los directivos a una gran presión. ¿Qué puedes hacer en estos casos?
Cuestiona esos conceptos ya obsoletos: No dudes en admitir tus debilidades. No tienes por qué saberlo todo y hacerlo todo. Confía en tus empleados y delega de forma sabia y consciente. Mantén un estilo de gestión transparente y participativo.
Crea un equilibrio: Termina antes algún día si es necesario. Vete de vacaciones. Y, por favor, ¡deja a un lado el móvil y el cuaderno del trabajo! Vuelve a conectar con viejas aficiones o prueba algo nuevo.
Redes sociales: En primer lugar, establece contactos con otros directivos que se encuentren en situaciones similares a la tuya para compartir experiencias y resolver juntos los retos. Por otro lado, refuerza también los círculos sociales fuera del trabajo. También es bueno hablar de cosas que no tengan que ver con el trabajo.
Lleva una vida sana: Ejercicio regular y una buena alimentación, por supuesto, también tienen un efecto psicológico positivo. También repercute de manera positiva en tu equipo si cuidas tu salud. Un paseo juntos durante la pausa para comer no sólo os despejará la cabeza.
Un equipo sano de cara al futuro
Nuestras vidas seguirán estando plagadas de retos, grandes y pequeños. Lidiar bien con ellos es el reto al que todos nos enfrentamos. Como directivo, tienes una responsabilidad especial hacia tu equipo y tu empresa. Si logras superarlos, no sólo ayudarás a tus empleados y a tu empresa, sino también, a la larga, a ti mismo. ¡Buena suerte!