Según una investigación sobre la felicidad llevada a cabo por la psicología positiva moderna, encontrar un significado más profundo a lo que hacemos, es decir, un propósito, es una de las claves más importantes para llevar una vida satisfecha y plena. Este propósito surge cuando hacemos uso de nuestros puntos fuertes y rasgos de carácter especiales para alcanzar un objetivo superior. En este artículo te contamos qué implica el término propósito en términos más concretos, cómo puedes desarrollar tu propio propósito y cómo interactúan la pasión y el propósito. También abordamos la conexión entre la búsqueda de un propósito en el trabajo y el sentido de la vida, así como las cuestiones de por qué las empresas también necesitan un propósito y qué papel desempeñan las visiones y las misiones en relación con el mismo.

«¿Por qué estoy haciendo todo esto? ¿Estoy haciendo lo correcto? ¿Qué sentido tiene mi trabajo?»
Es posible que ya se te hayan pasado estas preguntas por la cabeza. Si es así, sabrás ya que puede resultar difícil estar motivado y comprometido con las tareas laborales si no se encuentra una respuesta satisfactoria a las mismas. Por lo tanto, a más tardar en este momento, puede tener sentido abordar la cuestión de la propia finalidad.

La importancia del propósito

Según la RAE, un «propósito» no es sino un objetivo que se pretende conseguir. El concepto del Círculo de Oro de Simon Sinek ayuda a comprender mejor el término y a acercarse al propio propósito. Sinek dice que, para comprender el significado de una cosa, una persona, una organización o una empresa, hay que hacerse tres preguntas. Estas son:

• ¿Qué tareas realizas cada día en el trabajo?

• ¿Cómo llevas a cabo tu trabajo exactamente?

• Y, ¿por qué lo haces?

La mayoría de la gente suele responder rápidamente a las dos primeras preguntas. Sin embargo, encontrar una respuesta a la pregunta del porqué, o la pregunta del propósito, es mucho más difícil. Puede que te lleve un poco de tiempo y esfuerzo responder a esta pregunta por ti mismo, pero no nos cabe la menor duda de que merece la pena investigarlo. Porque las últimas investigaciones lo demuestran: las personas que persiguen su propio propósito y experimentan un significado en su trabajo tienen más éxito, están más comprometidas y son más felices que los demás.

Desarrollar un propósito

Para seguirle la pista a tu propio propósito, puedes utilizar la llamada línea de vida.

Una línea de vida tiene este aspecto:

Esta traza los altibajos de tu vida y muestra lo que es importante para ti y lo que podría esconder tu porqué.

Cuando crees tu línea de vida, procede como se indica a continuación:

Primero dibuja una línea de tiempo con un eje horizontal y otro vertical. El eje Y va de negativo a positivo. El eje X describe tus experiencias de vida.

Introduce en el sistema de coordenadas las experiencias positivas y negativas que hayan marcado especialmente tu vida. Tampoco tienen por qué ser siempre grandes acontecimientos, sino que pueden ser también pequeñas cosas como: «la vecina me prestó apoyo con las tareas domésticas después del accidente» o «la panadera piensa que soy amable y me hizo un cumplido».

Ahora conecta los puntos con una línea: esa es tu línea de vida.

Examina de nuevo todos estos puntos y pregúntate lo siguiente: ¿qué tienen en común? ¿Hay un denominador común? Quizás los puntos te permitan sacar una conclusión: ¿qué es realmente importante para ti y qué te impulsa?

Veamos un ejemplo: una joven crea una línea de vida para sí misma y anota en su sistema de coordenadas los siguientes puntos positivos: «le di clases particulares de matemáticas a una alumna que mejoró su nota media de un 5 a un 7», «ayudé y asistí a mi primera becaria en su proceso de incorporación al trabajo» y «organicé un taller para mis compañeros de trabajo». Los puntos negativos de su lista son: «una compañera no transmitió toda la información, por lo que quedé como una estúpida ante la dirección» y «le di una información errónea a una amiga, por lo que obtuve una reacción brusca y muy negativa por su parte». Esto podría indicar que disfruta enseñando a los demás y compartiendo conocimientos. Podría utilizar estos conocimientos para encontrar su propio propósito profesional.

¿Cuál es mi pasión?

Si quieres encontrar tu propio propósito, también debes centrarte en tus pasiones. La pasión es lo que te motiva y te hace sentirte realmente bien, por ejemplo, un entusiasmo muy fuerte provocado por un determinado tema, afición o incluso una tarea laboral. La pasión suele surgir de los talentos innatos. Es algo que te gusta hacer y haces bien sin sentirte estresado. Reflexiona en lo que esto implica para ti: ¿qué te gusta? ¿A cuál de tus actividades se aplica esto? ¿Qué afición te apasiona? Revisa tus actividades de ocio, tus obras de buena fe y tu trabajo. Es cierto que las pasiones son tan únicas como las personas que las sienten. Sin embargo, sí pueden categorizarse en seis pasiones básicas:

• Regalar alegría

• Experimentar la sensación de ser competente

• Ofrecer un nivel de rendimiento

• Crear algo nuevo

• Aprender y adquirir conocimientos

• Mejorar la vida de las personas

Quizá ahora te estés preguntando: ¿cuál es en realidad mi propia pasión? Una estrategia en particular que puede ayudarte en este sentido es la autorreflexión. ¿Por qué no te planteas las siguientes preguntas?:
¿Cuáles son para ti los valores más importantes? ¿Qué te inspira y por qué? ¿Con qué actividades y dónde te sientes más cómodo? ¿En qué eres realmente bueno? ¿Qué cumplidos de otras personas te han gustado más? ¿Qué comportamientos son típicos de ti?
Sé sincero contigo mismo cuando respondas a estas preguntas. Permite dar rienda suelta a tu pasión y haz lo que te gusta y te llena. Y luego intenta transferir esa pasión a tu lugar de trabajo. Es probable que ni aun así consigas divertirte en el trabajo todos los días: siempre hay días buenos y días malos. Pero si sabes cuál es tu pasión personal y la aplicas conscientemente a tu trabajo, estarás más satisfecho.

Propósito en el trabajo = ¿sentido de la vida?

El propósito en el trabajo no tiene por qué dar sentido a toda la vida. Así que no debes sobrevalorar el propósito en tu trabajo y convertirlo en tu propósito de vida. Puedes y debes buscarlo fuera de tu vida profesional. Si el trabajo lo es todo para ti puede llegar a ser problemático: si decides cambiar de trabajo o te despiden, podrías perder gran parte del significado de tu propósito y entrar en una crisis existencial.

Por lo tanto, es mejor no solo buscar un propósito en el trabajo, sino también pensar en lo que te impulsa, lo que te da fuerzas y lo que te divierte fuera de él. Intenta buscar un propósito social, o uno relacionado con tus aficiones, tus obras de caridad u otros ámbitos de tu vida privada.

Propósito corporativo en la empresa

Un propósito corporativo (un propósito para toda la empresa) también es algo muy importante para las empresas de hoy en día. A menudo se refiere a la responsabilidad ecológica, económica y social de las empresas y describe los valores de estas. El propósito corporativo también suele ser bien recibido por los empleados: aprecian la sensación de que su tarea tiene un objetivo concreto y esto, a su vez, les proporciona motivación y disfrute en el trabajo. Además, suelen sentirse mucho más vinculados a su empresa.
Sin embargo, esto solo se aplica si el propósito se comunica realmente y se «vive» en la empresa. Las palabras clave son individualidad y autenticidad. El propósito en una empresa debe ser siempre realizable y sostenible, y no utópico. Lo ideal es que también sea sencillo y esté formulado con claridad. De este modo, todos los empleados pueden entender de qué se trata y qué es importante para la empresa. Y pueden contribuir a que tenga sentido. Puedes obtener más información sobre el papel que juega el propósito a la hora de determinar el grado en que los empleados se sienten vinculados a la empresa y cómo puede utilizarse para reducir la rotación de personal en nuestro curso sobre la fluctuación.

Visión, misión, propósito... ¿Es todo lo mismo?

El propósito de una empresa no es lo mismo que su misión o visión. Sin embargo, los términos están muy relacionados entre sí y a menudo no se utilizan de forma muy clara. Todos ellos muestran de alguna manera la esencia de una empresa, pero son bastante diferentes. Intentemos diferenciarlos: mientras que la misión se refiere a los productos o servicios y tiene como principal objetivo servir a los clientes, la visión y el propósito tienen como principal objetivo inspirar a los empleados para que se impliquen en la empresa. La visión consiste en dar a la empresa un objetivo que alcanzar en el futuro. La atención se centra en la eficiencia económica. El propósito está estrechamente relacionado con los valores y el significado de una empresa, y nos ayuda a entender cómo la empresa puede influir positivamente en el mundo y en la sociedad en general.

Si deseas saber más sobre el propósito y cómo encontrar el tuyo propio, te recomendamos nuestro curso Propósito: del sentido al éxito.